El pie plano es un defecto muy habitual derivado de una insuficiencia del tendón tibial posterior. Dicha insuficiencia provoca una condición crónica: tejidos y ligamentos del pie y el tobillo se exponen a una sobrecarga como consecuencia de esta insuficiencia.
Al ser una condición crónica y que va progresando, el pie plano se puede intervenir a tiempo y poner en marcha tratamientos que evitarán la progresión de esta sobrecarga, que tiene consecuencias dolorosas para quien la sufre.
Uno de los tratamientos más sencillos y utilizados para evitar el avance del pie plano son las plantillas. Por eso, en este artículo vamos a conocer cuáles son los casos en los que se recomienda su uso. Pero antes, debemos conocer un poco más acerca de esta condición anatómica.
Cualquier problema ortopédico, requiere la supervisión de un especialista. Contar con un seguimiento médico será de gran utilidad para ver reflejado el progreso a nivel ortopodológico. En Previsión Médica contamos con las mejores pólizas de salud, así como con los mejores especialistas, ¡y sin esperas! Contáctanos para saber más acerca de nuestras pólizas de salud.
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Antes de hablar de plantillas…
¿Qué es el pie plano?
Si bien hemos mencionado la insuficiencia del tendón como causa del pie plano, el nombre en sí se asocia a la progresiva deformación que sufre el pie como consecuencia de la misma.
Por tanto, debido a la insuficiencia, las estructuras de la parte externa del pie y tobillo se deforman, aumentando la tensión interna del tobillo y llegando a provocar dolor y, si no se trata, alteraciones importantes y una discapacidad en la marcha.
Ante esta situación, tratamientos como las plantillas de pie plano se utilizan para evitar dichas consecuencias, pero deben ir acompañadas de ejercicios para fortalecer las estructuras afectadas en el pie plano. Como opción ante casos avanzados o fracasos de estos tratamientos, encontramos los tratamientos quirúrgicos.
Asimismo, si esta condición anatómica no provoca dolor ni alteraciones en la marcha, no se suele poner tratamiento alguno, ni siquiera el uso de plantillas.
Tipos de pie plano y uso de plantillas
Podremos identificar a una persona que sufre de pies planos si al observar al individuo de pie desde atrás, se visualizan los dedos a los dedos a los lados. Esto es debido a esa expansión hacia fuera propia de esta condición que hace que se reduzca o elimine por completo el arco del pie. Es precisamente a esta complexión que adopta la planta del pie a la que se adaptan las plantillas de pie plano para corregirla en los casos en que estén indicadas.
Asimismo, en ocasiones es fácil observar alteraciones en la marcha. Además de, como se ha mencionado, el dolor que puede aparecer, y que suele ir acompañado de tobillos hinchados en su parte interna.
Estos síntomas y la propia progresión del pie plano son los que marcan y diferencian las distintas tipologías del mismo, que por tanto se diferencian por etapas en función del grado de progresión de la deformidad:
- La etapa que indica un primer grado de pie plano es una inflamación del tendón que desarrolla la insuficiencia, pero que aún “funciona” correctamente.
- En segundo lugar, deviene un momento en el que el pie en bipedestación ya muestra un cambio de alineación. Ya se observa cierto grado de incapacidad, como ponerse de puntillas sobre una sola pierna.
- La deformidad visible en la tercera etapa es más acusada y hay artritis en las articulaciones debido a la constante afectación que impide que el pie esté en una posición adecuada.
- La última etapa se caracteriza por una artritis más acusada acompañada o no de rigidez. Se observa inestabilidad.
En función de la etapa en que cada individuo presente el pie plano, se indicará el uso de unos tratamientos u otros. A continuación, vamos a exponer en qué consiste el tratamiento con plantillas de pie plano y en qué casos es recomendable el uso.
Tratamiento con plantillas de pie plano: el complemento esencial
Las plantillas son un tratamiento ortopédico que puede utilizarse ante multitud de afecciones, de manera que en cada caso se han diseñado y desarrollado plantillas adaptadas para distintas patologías.
En el caso del pie plano, las plantillas son una opción útil, cómoda, económica y, por tanto, muy recomendada y utilizada.
Como cualquier otro objeto de estas características, las plantillas simplemente se deben colocar en el interior del zapato y ayudan a mantener la adecuada posición del pie, corrigiendo la aparición o degeneración del pie plano y protegiendo por tanto pie y tobillo.
Esto se consigue gracias a que la plantilla impide que el pie se deforme, manteniéndolo en la posición anatómicamente normal y correcta. Básicamente, los casos en los que se utilizan plantillas para el pie plano elevan el arco de la planta, y tienen una forma adaptada para ello.
Plantillas de pie plano: ¿cuándo se deben utilizar?
Como acabamos de ver, las plantillas de pie plano son un tratamiento muy popular. A pesar de su aparente sencillez y de ser un tratamiento tan fácil de implementar, son útiles tanto para casos de pie plano de primera a última etapa.
En pacientes con pies planos en grado 1, las plantillas son un elemento fundamental para la prevención del desarrollo de la deformidad. Sin embargo, en casos de pie plano más avanzado, hacen las veces de alivio de la carga de las zonas sobrecargadas del pie y el tobillo.
Por otro lado, las plantillas de pie plano se diseñan de manera personalizada en función de la planta de cada paciente, por lo que, en cualquier caso, el uso de esta pieza ortopédica nunca debe realizarse con modelos aleatorios, sino que lo recomendable es acudir a ortopedias, donde se realicen las medidas oportunas.
Una de las limitaciones de las plantillas de pie plano es el desarrollo de la propia deformidad. En estos casos, las plantillas sirven principalmente de alivio, pero no evitan el desarrollo de una degeneración anatómica que ya está ahí. Por eso, en los casos de pie plano la detección temprana es fundamental, consiguiendo con el uso recomendado de plantillas de pie plano una prevención de la aparición de la deformidad.